lunes, octubre 17, 2005

Faena

Al despertar
veo montes y una selva
muy particular;
al recorrer sobre el paisaje,
el camino de tersa arena
cual oasis se ve
tan cerca y tan distante de mí
hasta sentir las vibraciones,
especie de movimientos telúricos.

Sentimientos encontrados,
la valentía y el temor aguarda,
hasta que la naturaleza aflora
y se vuelve a manifestar
con oleajes y lluvias
de extrañas tormentas
quiere demostrar
que está presente.

La oscuridad nos imanta
en medio de ruidos
propagados por fuertes vientos.

Al final del paisaje
se ve una luz,
una luz propia de la erupción
de un volcán.

Al amanecer
la paz caerá y la naturaleza
nos dejará seguir...