domingo, abril 15, 2007

Sonrisa de Hielo

Mostrándose sigilosa
apareció una tarde de verano
sin dejar huellas en su camino.

Ofrendaba algún racimo de flores
al dejar caer la noche
que esperó desde el infinito.

Nunca dejó de cantarle al mar
y acariciando la brisa
durmió al cielo entre sus manos.

Imantaba a su alma
el crepúsculo del atardecer
mientras caminaba.

Cada murmullo al viento
daba alientos de vida
creando naturaleza.

Avanzó hasta el límite con el cielo
dejando caer un suspiro
en la tarde en que partió.