jueves, abril 06, 2006

Caminando hacia el sendero

Se escapó de un cuento irreal
donde no existió final
una noche en la que la luna
no alumbraba el bosque
que la vio un día florecer.

Sollozante se alejó
una tarde del mes de abril
hacia un mar de lágrimas
amargas que desembocaban
en un mundo de complejidades.

Acercandose a la noche
visitó el infinito de su alma
por un malecón sin estrellas
donde el viento acarició
su cabello ensortijado.