viernes, junio 02, 2006

Poema en Espiral

Una tarde de abril
acaricia su ondeado cabello
ante el reflejo de lo rojo
de un sol ocultándose
guiado por una brisa sutil.

Las estrellas de un negro cielo
iluminan su silueta
mientras con pequeños pasos
va por senderos rodeados
de naturaleza divina.

La aurora de una mañana fugaza
acaricia su rostro de terciopelo
al despertar de sueños
plagados de infinita fantasía
con una vida sin fin.