jueves, agosto 03, 2006

Caminata

Su alma paseó nauseabunda
por aquel malecón solitario
que tomó como suyo,
donde un abismo negro
juntaba en su horizonte
el mar y el cielo de noche.

Las estrellas se ausentaron
ante un recuerdo maldito
de besos alejados
y la luna derramó lágrimas
que cayeron sobre el lecho
de una ilusión espiritual.