La Casona y el Río
Su pasaje habitado de flores
lo hizo reposar en aquilla banca
junto a un farol de luz tenue.
Al otro lado, el río llevaba
las penas del pasado
hacia un horizonte infinito.
En su interior, el rumor desaparecía
con cada hoja que se dejaba caer
en una tarde sola de otoño.
lo hizo reposar en aquilla banca
junto a un farol de luz tenue.
Al otro lado, el río llevaba
las penas del pasado
hacia un horizonte infinito.
En su interior, el rumor desaparecía
con cada hoja que se dejaba caer
en una tarde sola de otoño.
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